El castillo de Hunyad o castillo de Corvin (en rumano: Castelul Huniazilor o Castelul Corvinilor, en húngaro: Vajdahunyad vára) es la fortaleza medieval localizada al sudoeste de la ciudad de Hunedoara, en la región de Transilvania, uno de los monumentos de arquitectura gótica más importantes de Rumanía.
Hasta
1541 perteneció al Reino de Hungría y después al Principado de
Transilvania. Después de la Primera Guerra Mundial, Transilvania se unió
a Rumania. Fue el conde Juan Hunyadi
quien detuvo a los turcos en Belgrado en 1456, en su invasión a Europa a
través de los Balcanes después de la conquista de Constantinopla en
1453. Por decisión del Vaticano aún hoy redoblan las campanas de las
iglesias católicas al mediodía, en honor a esta victoria.
Se cree que es el lugar en el que Vlad III Drăculea, príncipe de Valaquia, estuvo preso durante siete años después de haber sido depuesto en 1462.
El castillo es una reliquia de la dinastía Hunyadi. En el siglo XV, fue entregado a Juan Hunyadi por Segismundo, rey de Hungría y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Restaurado por él entre 1446 y 1453, lo legó a su hijo, Matías Corvino, por lo que en rumano se le conoce con los dos nombres: Castelul Huniazilor o bien Castelul Corvineştilor.
Está construido en estilo gótico, pero en siglos posteriores se le añadieron elementos renacentistas y barrocos. Destacan sus fuertes torres defensivas y su jardín central. Fue levantado sobre las ruinas de una antigua fortificación, sobre el arroyo Zlaști (afluente del Cerna, afluente a su vez del río Mureș).
Cuenta con siete torres: la de la Puerta Antigua, la de la Puerta Nueva, la torre de San Juan de Capistrano, la “Torre Deshabitada”, la del Tamborilero, la de la Maza y la llamada Turnul Neboisa (rumano) o Nebojsza-torony (húngaro), denominación que proviene de Nje boisia (serbio antiguo): “No tengas miedo”.
El castillo es de dimensiones considerables, con altos tejados de pizarra roja y ornamentos de piedra labrada. Existe una obra inspirada en él, en Budapest.
Se cree que es el lugar en el que Vlad III Drăculea, príncipe de Valaquia, estuvo preso durante siete años después de haber sido depuesto en 1462.
El castillo es una reliquia de la dinastía Hunyadi. En el siglo XV, fue entregado a Juan Hunyadi por Segismundo, rey de Hungría y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Restaurado por él entre 1446 y 1453, lo legó a su hijo, Matías Corvino, por lo que en rumano se le conoce con los dos nombres: Castelul Huniazilor o bien Castelul Corvineştilor.
Está construido en estilo gótico, pero en siglos posteriores se le añadieron elementos renacentistas y barrocos. Destacan sus fuertes torres defensivas y su jardín central. Fue levantado sobre las ruinas de una antigua fortificación, sobre el arroyo Zlaști (afluente del Cerna, afluente a su vez del río Mureș).
Cuenta con siete torres: la de la Puerta Antigua, la de la Puerta Nueva, la torre de San Juan de Capistrano, la “Torre Deshabitada”, la del Tamborilero, la de la Maza y la llamada Turnul Neboisa (rumano) o Nebojsza-torony (húngaro), denominación que proviene de Nje boisia (serbio antiguo): “No tengas miedo”.
El castillo es de dimensiones considerables, con altos tejados de pizarra roja y ornamentos de piedra labrada. Existe una obra inspirada en él, en Budapest.
Los roleros que le dábamos a Vampiro a primeros de siglo, recordaremos este castillo y sus mapas interiores presentes en La Guarida de los Ocultos, pero que dichos mapas coincidan con la realidad ya es harina de otro costal (empezando por las torres). Los dejo por aquí como la razón de ser de esta entrada y como guiño a quienes este castillo lo hemos llevado siempre con nosotros.
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