viernes, 13 de julio de 2012

Cazarrecompensas


Todo parte de la legislación norteamericana sobre fianzas. Una persona arrestada normalmente puede salir en libertad bajo fianza, salvo que el crimen del que se le acuse sea especialmente grave.
Normalmente, la persona arrestada desea la libertad bajo fianza para seguir con su vida. Pero la fianza supone una alta cantidad de dinero que normalmente no se puede permitir, y el acusado deberá conseguirla de una institución financiera en forma de préstamo.

La mayoría de las instituciones financieras normales, como los bancos, no conceden préstamos para pagar fianzas. Existen, por el contrario, pequeñas empresas especializadas en concederlos. En esos casos, el acusado deberá al prestamista el dinero de su fianza. Si es encontrado inocente, el tribunal devolverá al acusado el dinero de la fianza, y con éste podrá pagar al prestamista.

Según la decisión del Tribunal Supremo Norteamericano de Taylor contra Taintor en 1872, el prestamista tiene derecho a recuperar su inversión en caso de que el acusado intente o logre huir. Dicho de otro modo, si el acusado huye, el prestamista puede perseguirle personalmente para apresarle y obligarle a pagar. Alternativamente, el prestamista puede subcontratar este trabajo, y ahí es donde aparece el cazarrecompensas.

Lo más frecuente es que el cazador tenga un contrato concreto con un cliente, y que no sea una recompensa abierta. Está terminantemente prohibida la caza de recompensas en la mayoría de las situaciones, salvo ésta.

Los cazarrecompensas no tienen entrenamiento formal ni licencia, excepto por la aprobación del cliente. Tienen además muchas libertades por su trabajo. Por ejemplo, pueden entrar en una propiedad privada sin una orden de registro, porque no son policías. Debido a la naturaleza de la práctica, algunos estados en Estados Unidos han puesto restricciones como una licencia local, un entrenamiento mínimo imprescindible o la prohibición de llevar armas. P.ej, Kentucky prohíbe la caza de recompensas porque no utiliza el método de fianzas de los otros estados.

De los cazarrecompensas en California se nos habla en la pag 197 de Slang, donde leemos que en California a pesar de no ser agentes de la ley y no usar ningún trasfondo a nivel de reglas, deben superar un curso policial básico en una academia de policia, y un cursillo de dos días relativo a la profesión.

Los fugitivos pueden escapar fácilmente a un cazarrecompensas si consiguen salir del país. Un fugitivo arrestado por un cazarrecompensas en otro país debería ser entregado a las autoridades locales, que le juzgarán por los delitos cometidos en ese país o considerarán su deportación al país original por los delitos originales (que, como mínimo, se agravarán por huir de la justicia). Intentar sacarlo del país para llevarlo con el cliente es secuestro.

Los cazarrecompensas suelen trabajar solos para evitar atraer la atención, aunque también es frecuente que vayan en parejas. Los pequeños equipos de tres o más son infrecuentes, pero existen.
Es cierto que los cazarrecompensas van ocasionalmente armados. Sin embargo, su propósito es encontrar al fugitivo, no provocar un baño de sangre. Una escopeta puede resultar útil, pero un ordenador es útil siempre.

Algunos cazarrecompensas reales son:



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