Gerard van Swieten (1700 – 1772), fue un médico neerlandés, que llegó a trabajar para la emperatriz María Teresa I de Austria y realizó, por encargo de esta, estudios que refutaban la existencia de los vampiros.
Por encargo de la emperatriz María Teresa, investigó casos en territorios del este del imperio y en su informe de 1755 aseguró que los vampiros no eran reales, que la creencia en los mismos era superticiosa e irracional, apoyándose con argumentos científicos con base en lo cual la emperatriz prohibió mediante un edicto las profanaciones de tumbas, el estacamiento, decapitación y quema de cadáveres sospechosos de ser vampiros, prácticas comunes de ese tiempo.
Le gustaba investigar todo tipo de temas y se esfuerza en encontrar los métodos científicos y racionales para juzgar tanto casos misteriosos como libros religiosos. Nunca soportó la censura, desdeñando a los jesuitas, que eran los que más censuraban sus investigaciones y experimentos.
Sabía varias lenguas, ayudó a los pobres del imperio y gestionó muchos estudios de estudiantes con talento para la medicina.
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